En marzo, debido a la irrupción de la cepa P1 del virus SARS-CoV-2 y su mayor contagiosidad, hubo que interrumpir nuevamente la producción de espectáculos públicos, lo que provocó un mayor perjuicio a un sector que ya venía con importantes dificultades como consecuencia de la situación sanitaria.
Con la proyección de que para comienzos de julio un 50% de la población habrá tenido administradas las dos dosis de la vacuna contra covid-19 y más del 60% estará en estas condiciones a mediados de mes, sumado a una sostenida tendencia a la baja en el número de personas cursando la covid-19, nuevos casos detectados, la baja en la ocupación de camas de cuidados intermedios e intensivos y en los fallecimientos como consecuencia de cuadros graves de la enfermedad, el 5 de julio se retomará de forma gradual y protocolizada la producción de espectáculos públicos.
Se debe tener en cuenta que el desarrollo de estas actividades se hará con un estricto control del cumplimiento de los protocolos sanitarios ya analizados y autorizados por el Ministerio de Salud Pública.
Las medidas de precaución previstas incluyen el uso de mascarillas, un aforo determinado según superficie en la que se desarrolle la actividad y las condiciones de la misma, no se permite que haya pistas de baile y se establecerá una mesa de trabajo para el seguimiento de estos eventos en los que se plantearán todos los elementos para que se pueda llevar a cabo la trazabilidad necesaria en caso de que se presentase algún caso de contagio.
La experiencia previa indica que cuando se realizan eventos en los que se hace un cumplimiento estricto de los protocolos, no se dan brotes de covid-19, lo que en los hechos disminuye los riesgos implícitos que conlleva cualquier actividad social cuando se está frente a una enfermedad infecto contagiosa. La apertura de estas actividades se hará de forma gradual, pero sobre todo, con prudencia y atentos a la evolución epidemiológica, tal como afirmó el Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas.