Fue en el marco del convenio existente entre la IDM, a través de la ECFA (Estación de cría y Fauna Autóctona) en el cerro Pan de Azúcar y la Fundación Rewilding Argentina del vecino país.
Esta última está integrada por un grupo de conservacionistas y activistas unidos por el compromiso de recuperar los ecosistemas naturales, el respeto por las especies y el sueño de establecer modelos de desarrollo para las comunidades rurales en un contexto de coexistencia con la naturaleza.
Con la mira puesta en conocer una de las mayores reservas ecoturísticas de Sudamérica y comenzar a soñar un proyecto de similares características en forma conjunta con el gobierno nacional y otras intendencias, Maldonado dio un paso hoy hacia la jerarquización de lo que se conoce como producción de la naturaleza y la restauración ecológica, algo que redundará en beneficios para la llamada economía circular.
La producción de naturaleza consiste en trabajar para aumentar la presencia de vida silvestre hasta la capacidad de carga de un ecosistema y luego cuidarla para que resulte un atractivo turístico que genere dividendos para las comunidades vecinas.
Invitados por AMBÁ, una ONG que trabaja para la conservación y regeneración de la biodiversidad en el Uruguay. A través de distintos programas abordan la regeneración desde la producción en naturaleza, el desarrollo social y el manejo sostenible.
La delegación de Maldonado no estuvo sola en este viaje realizado durante toda la jornada del viernes 11, sino que se sumaron, Rocha, Río Negro y el Ministerio de Ambiente en lo que fue una visita al Parque Nacional Iberá y al parque nacional de los esteros de Iberá.
La ocasión fue propicia para conocer el hábitat hacia donde fue trasladada en enero de este año el ejemplar hembra de Yaguareté llamado “Malú”, en un cuidadoso operativo hacia la reserva argentina donde se trabaja en la reintroducción de la especie.
Todo esto realizado en el marco de la política de conservación que lleva adelante la Estación de Cría y Fauna Autóctona (ECFA) del cerro Pan de Azúcar y un aporte a la conservación de la especie mediante esfuerzos en este caso binacionales entre Uruguay y Argentina.
El ejemplo Iberá y su mágico renacer:
Emplazada en la Provincia de Corrientes, Argentina, Iberá fue, durante el siglo XX, literalmente masacrada desde el punto de vista medioambiental.
Sus habitantes veían a la fauna como un recurso que debía ser cazado, extraído y vendido de la manera más rápida posible.
Con ese concepto fue que se extinguieron animales típicos de la zona como ciervos de los pantanos, carpinchos, zorros y yacarés sobrevivieron a este proceso de destrucción.
Sin embargo, la creación de la Reserva Natural Iberá, en 1983, dio paso a un proceso de concientización que llevó a cambiar el rifle por los binoculares, a pasar de pensar en la venta a pensar en la preservación y el desarrollo.
Fue así que antiguos cazadores depusieron sus armas y fueron contratados como Guardaparques, bajo el nombre guaraní de Mariscadores.
Con el correr de los años la fauna que había sobrevivido comenzó a recuperarse gradualmente, comenzando por Colonia Pellegrini.
La transformación en un lugar de preservación y cuidado medioambiental generó un cambio sustancial entre la población de la zona que empezó a afincarse en busca de trabajo.
Nacen allí las primeras posadas turísticas, dueñas de un tiempo señorial que se refleja en la mezcla de madera y buen gusto.
El silencio es protagonista y los visitantes de todas partes del mundo lo buscan, al punto tal que ya a esta altura del año no se reciben más, para no saturar así un lugar transformado donde el cambio de conciencia llevó a que los pobladores comprendieran que podían obtener mayores beneficios si no se cazaba a las especies.
Con la reintroducción de fauna autóctona que había desaparecido de la zona, la creación del Parque Provincial y los nuevos portales a la Reserva, el Iberá se fue posicionando como un destino ecoturístico de los mejores de Sudamérica para ver fauna de manera accesible.
Este viernes el intendente Enrique Antía y la vicepresidenta Beatriz Argimón fueron protagonistas de la visita a un área natural protegida de más de 583 mil hectáreas al noreste de Argentina.
Posee 641 especies entre aves, mamíferos, peces, anfibios y reptiles.
Entre ellos destacan el ciervo de los pantanos, el venado de las pampas, el aguará guazú, el lobito de río, el tapir así como otras especies autóctonas que habían sido extinguidas en el área de la laguna Iberá y que gradualmente han comenzado a reintroducirse.
La visita consistió en un paseo en lancha a través de los esteros de Iberá donde constataron la presencia de yacarés, carpinchos, ciervos de los pantanos y decenas de especies de aves, así como una posterior visita al parque.
Beatriz Argimón y Enrique Antía viajaron acompañados de una delegación de Maldonado integrada por el director general de Gestión Ambiental, Jorge Píriz, el director de higiene, Carlos Medina, el diputado Diego Echeverría y el coordinador de la reserva, Matías Loureiro.
En tanto acompañaron desde el Ministerio de Ambiente, Santiago Da Silva en representación del subsecretario Gerardo Amarilla, el intendente interino de Rocha, Nicolás García, el secretario general de la Intendencia de Río Negro, Jorge Gallo, así como de AMBA, Rodrigo Patrón e Inti Carro